viernes, 23 de septiembre de 2011

Chile y su cambio psicosocial


Recuerdo claramente que como estudiante vi en persona a profesoras golpear a estudiantes, a inspectores denigrar verbalmente a alumnos, y a autoridades escolares lanzar las más ridículas frases elogiándose a sí mismas. Sentí, al igual que todos mis compañeros, un temor reverencial al ver aparecer por mi sala al inspector general o al subdirector del colegio. Tenía la plena claridad, en esos días, de que dependía totalmente de ellos, que un disgusto a sus personas podría hacerme terminar expulsado del colegio. Comprendía claramente eran los amos y señores del mundo, aunque ese mundo fuera el pequeño espacio de un liceo emblemático de Providencia.
Recuerdo que en segundo medio una profesora intentó hacernos una prueba extra, sorpresa, sólo porque ella creyó que algunos alumnos habían copiado, sin tener pruebas al respecto y sin siquiera identificarlos. Sólo lo creía y eso bastaba para que todo el curso pagara aquello con sangre (la sangre de una masiva colocación de notas rojas). No sé bien cómo, pero en el clima opresivo de un colegio donde cualquier disentimiento era contestado con la frase "por cada uno de ustedes hay cincuenta esperando la silla en que se sientan, así que si no les gusta pueden irse", un compañero sacó fuerzas de lo profundo de su coraje y se negó a responder la prueba, entregándola en blanco. Tampoco sé muy bien cómo el resto de curso tomamos tanto valor y nos levantamos en conjunto para hacer lo mismo. Pero sé que lo hicimos y lo festejamos como si hubiésemos ganado una guerra. Ese pequeño triunfo fue el indicio de que grandes cambios se aproximaban.
Comprendí con el tiempo que muchos abusos, que mucha autoridad, que mucha prepotencia existen sólo por el miedo, por el miedo de quienes se ven afectados por esa autoridad abusiva y prepotente. Y ese entramado represivo se derrumba cuando se supera el miedo. Así lo viví en ese mismo colegio áspero y duro, que vió como los que siempre aceptaban y se sometían, un día perdieron el miedo, y se dieron cuenta que el mundo, y el liceo en donde estudiaban, también les pertenecían, y debían tomárselo para cambiarlo. La historia de ese 2006 agitado y revuelto es conocida, pero lo que más me quedó grabado fue la imagen de fin de año, cuando todo ya había pasado, y los estudiantes que egresábamos nos apoderamos del colegio para festejar el fin de las clases, jugando, riendo, haciendo estruendo, lanzando bombas de agua y subvirtiendo todo el orden y las reglas de aquella institución pseudo-policial; y los que hasta principio de año se vestían con las ropas de la autoridad que les otorgaba el miedo de los estudiantes, se miraban compungidos y superados, incapaces de imponerse, incapaces de manejar la situación, incapaces de mostrarse como los superiores que siempre quisieron ser pero que nunca fueron. Recuerdo que el miedo se volcó sobre ellos y gritaban aterrados por ver que los muchachos saltaran y se soltaran, corriendo libres por los pasillos. No atinaron a nada más inteligente que sacarnos a todos, que echarnos de sus territorios donde ya sabían que habían perdido el control. Luego de eso endurecieron las normas, explicitaron las amenasaz, advirtieron de las expulsiones para quien osara repetir la experiencia de ese año en nuevas oportunidades. Y como respuesta recibieron nuevas generaciones de jóvenes que ya también perdieron el miedo, que se hicieron conscientes de sus derechos y que no aceptaron arbitrariedades ni imposiciones.

Si Chile fue descrito por años como el país de los silencios, donde las personas no reclamaban, no criticaban, no hablaban fuerte, es el enorme y colorido bullicio de las nuevas generaciones lo que tiene a tantos antiguos administradores del poder confundidos y asustados, pues el miedo que manejaron tan bien por años, se ha vuelto inútil e inservible ante un nuevo Chile que emerge y se levanta. Si alguien no lo cree, que mire ese antiguo colegio emblemático de Providencia, donde los estudiantes despertaron el 2006 tomándoselo por dos semanas, y los estudiantes de hoy, que deben soportar muchas más amenazas y presiones, ya llevan más de cien días en toma, pese a los constantes desalojos. Simplemente, es que ya no tienen miedo.

3 comentarios:

Damián

¿Te enorgullece ver estudiantes insultando a profesores que están dispuestos a enseñarles (no los del Colegio de Profesores, que sólo aprendieron a crear paros), rompiendo mobiliario publico, curándose diariamente con alcohol dentro de las tomas, atacando carabineros con piedras y bombas Molotov hasta intentar quemarlos, impidiendo que sus compañeros que necesitan y desean estudiar lo hagan, etc etc, y siendo simples peones (tontos utiles)de un movimiento supuestamente espontáneo, pero en verdad politico, organizado por el Partido Comunista desde las sombras (a veces, no tan sombras)con el fin de ganancias de cuotas de poder utilizando la excusa de "una mejor educacion", por vias de medidas que jamás mejorarán la educación porque no atacan su problema de base?
A mi me da verguenza, es un signo de que el pais se va al despeñadero, facilitado por un presidente que no es capaz de ponerse los pantalones .

Ignacio Torres

Uy, que curioso, no tenía idea de que si hay una marcha que convoca a doscientas mil personas, se pueda generalizar en base a lo que hacen ¿cien? ¿doscientos? encapuchados que realizan desmanes. Curiosa desviación matemática esa que permite que mientras el 99,9% de los movilizados actúa de manera noviolenta, creativa, carnavalesca, tu generalices a todos los estudiantes por lo que hace el 0,1%... muy curioso.
Curioso también resulta que mientras miles de estudiantes participan en asambleas, debaten, se informan, votan y viven intensamente procesos democráticos en sus establecimientos, para tí todo eso sea una maquinación de un partido que ni siquiera tiene en sus filas a la mayoría de los dirigentes ¿qué pensaran los cientos de colectivos estudiantiles que generan pensamiento autónomo, crítica y reflexión acerca de tu postura de que todo lo maneja el PC? ¿Que creerán los miles de estudiante que salen a volantear, que publican noticias en las redes virtuales, que organizan seminarios? A mí me parece que seobrevaloras un poco al PC, si tuviera tanta fuerza y convocatoria ¿por qué es un partido tan pequeño? Curioso, de nuevo.
Extraño también es que a los miles de estudiantes movilizados los trates como tontos útiles, raro, por decir lo menos, que la gente más instruída y mejor formada del país no tenga criterio para pensar y actuar autónomamente. Curioso que el movimiento esté apoyado por instituciones como el OPECH, académicos, estudiantes de pedagogía y profesores, toda gente que según tú no tendría la menor idea de como mejorar la educación del país y son todos unos tontos utiles del PC...
En fin, podríamos seguir largo rato, pero tus absurdos argumentos que generalizan desde lo ínfimo, desconocen la labor de miles, degradan a muchas personas y descalifican a la gente más capaz de proponer cambios que mejoren la educación, no resisten el menor análisis.

Sergio H

Un detalle objetivo y revelador: sólo el 2% de los colegios y estudiantes estan en paro.
El 98% de los colegios de Chile se desenvuelve con total normalidad.
¿Que revolucion es esta que solo representa una minoria vociferante?

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