martes, 28 de junio de 2011

De marchas, reuniones y nuevas relaciones

Los Humanistas hacemos muchas cosas. Una de ellas es celebrar nuestras Estacionales. Cerca de la fecha del cambio de estación, nos reunimos en los Parques de Estudio y Reflexión (como Los Manantiales o El Remanso) o en otros lugares, para compartir, evaluar y complotar hacia el futuro.

El sábado recién pasado, mientras decenas de miles estaban marchando en apoyo a la Diversidad Sexual por pleno centro de Santiago, yo era un invitado a la Estacional que unos amigos humanistas hacían en un local cercano al Parque Bustamante. Lo que ahí hubo fue mucha conversa, dinámicas de interacción con otros, momentos emotivos para contarse entre todos lo que significaba estar en el grupo, una ceremonia de El Mensaje, la evaluación de sus actividades en el semestre, la planificación de sus objetivos cercanos, el regalo de otros amigos tocando música, y, era que no, mucha comida hecha entre todos para compartir.

Por supuesto, como toda Estacional humanista, se trató de una reunión rara. ¿Cómo es esto de juntarse a compartir, con actividades, hablando del trabajo conjunto, conectándose con lo profundo, y riéndose sin parar? ¿En qué reunión de las que nos ofrece el Sistema encontramos eso? ¿Acaso las reuniones de trabajo, las que nos obligan a asistir por los lazos familiares, o las que tenemos con amigos sumergidos en la superficialidad nos dejan ese registro de inspiración profunda, y de cálido afecto?

El sábado me perdí la Marcha por la Diversidad Sexual, pero estaba en una reunión que, como toda iniciativa humanista, intenta crear nuevas formas de relación y nuevas formas de comunicarse, basadas en el afecto, en lo profundo y en lo mejor de cada ser humano. Y no éramos cincuenta mil, pero estábamos bien decididos a intentar forjar esos lazos que nos permitan valorar a los otros por el sólo hecho de ser humanos, a quererlos como son sin imposiciones ni violencias y a tejer esa nueva cultura que nos permita vivir en un mundo diverso, noviolento y cálidamente humano.

Ese sábado no marchamos, pero estuvimos prácticando ese nuevo mundo que se viene, ese que no tolera la diversidad, sino que la valora, ese que da las misma oportunidades a todos, ese en que todos somos escuchados.

En el fondo, estábamos encabezando la marcha.

2 comentarios:

Belén
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LB Valdés

Que hermoso lo que escribes nacho, me recuerda a mi primera estacional. Me alegro mucho que todo el amor, la alegría que compartimos y queremos transmitir al mundo te haya contagiado.

un abrazo enorme
Paz, fuerza y alegría!

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