domingo, 24 de enero de 2010

Democracia real ya


A próposito del reciente período eleccionario en nuetro país, uno puede reflexionar que la democracia representativa actualmente vigente en Chile tiene una debilidad fundamental: existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a unos pocos, y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido, resultando que el pueblo puede determinar quien ocupará cierto cargo, pero no puede asegurar las acciones que esa persona vaya a realizar en el cargo. ¿Es soberano un pueblo que cada ciertos años puede determinar entre pocas opciones quienes estarán en un cargo, y nada más? Mientras tengamos una democracia representativa nos enfrentaremos a estos problemas ¿Podemos hacer algo al respecto? Sí: avanzar hacia la democracia real o directa.


La democracia real, originada en la Antigua Grecia, supone que es el pueblo el que decide las cuestiones políticas de manera directa, sin intermediarios o funcionarios que decidan por él. El argumento tradicional para descartar la democracia directa en nuestras sociedades contemporáneas es la “imposibilidad de implementarla”, pues, dicen, hacer una asamblea es posible con cinco mil personas (que eran la cantidad de ciudadanos promedio en las ciudades griegas) pero jamás con diez millones de personas (que son los ciudadanos en Chile). No deja de ser curioso que en una sociedad que nos inunda con información y conectividad, podamos usar esas herramientas para decidir quien es “el gran chileno”, cual es la “canción del bicentenario”, pero no para oponernos formalmente a una decisión de la autoridad o impulsar una ley.


Pero, incluso, no es necesaria tanta tecnología para avanzar en la Democracia Real: el mismo sufragio actual (que por ahora sólo nos permite nombrar a alguien en un cargo, y nada más) nos puede permitir decidir, directamente, sobre muchas cosas, algo que ya se hace en varias partes del mundo, y que sumado a otras iniciativas puede construir una democracia real donde sea el pueblo el protagonista, y no los políticos profesionales.


En Chile, desde el espectro político, es el Partido Humanista el que probablemente tenga la propuesta más completa, concreta y constante para avanzar hacia una democracia directa, cuyas propuestas incluyen la Ley de Responsabilidad Política (que presentó Laura Rodríguez en la Cámara de Diputados ya en 1990, y que el PH ha seguido promoviendo una vez que quedó sin representación parlamentaria), la iniciativa plebiscitaria de ley, el veto plebiscitario de ley y la revocación plebiscitaria del mandato de toda autoridad electa, además de la elaboración de los presupuestos comunales, regionales y nacionales con participación de la ciudadanía. Además en el último tiempo han ido aumentando los movimientos que abogan por democracia directa en el país. El Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos y el Movimiento por la Asamblea Constituyente son los dos ejemplos más notables. Uno busca la consulta constante a los ciudadanos y se ha dedicado con fuerza a las decisiones locales, y el otro busca crear la fuerza ciudadana que logre modificar la Carta Fundamental del país a través del método más democrático que hay al respecto, la Asamblea Constituyente, nunca realizada en Chile.


Más de alguien puede creer que estas son buenas ideas condenadas al fracaso por estar apoyadas por grupos pequeños, pero la realidad es distinta. El Partido Humanista se está reestructurando y relanzando, con acción permanente todo el año (ya no sólo en período electoral) y me dicen que uno de los temas principales de acción será la democracia directa en Chile. El Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos ya canta victoria, pues ha conseguido que se realicen varios plebiscitos comunales en distintas zonas del país. Y el Movimiento por la Asamblea Constituyente cada día que pasa consigue mayor visibilidad pública y apoyo ya no sólo ciudadano, sino que también de políticos de diversas tendencias.

Parece que sólo se necesita más apoyo del mayor beneficiado con estas ideas, el pueblo. Así que si le parece que lo correcto es que en una democracia sea el pueblo el que decida los temas relevantes ¡apoye a quienes impulsan la democracia directa!



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Publicado como columna de opinión en el diario electrónico GranValparaiso.cl el 25 de enero de 2010 http://www.granvalparaiso.cl/v2/2010/01/25/democracia-real-ya/

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