lunes, 18 de junio de 2012

¡Mar para Bolivia!


“¡Mar para Bolivia! ¡Mar para Bolivia! Integración latinoamericana y superación de guerras imperialistas del siglo antepasado YA” es lo primero que se me ocurre escribir en las redes sociales cuando me entero que el tema está en la pauta de los medios de comunicación masivos, a propósito de la Cumbre desarrollada en Bolivia y, unos días después, de las palabras del Presidente Evo Morales al respecto. La reacción es llamativa: amigos destacan la frase, la comparten, la comentan. Es una reacción llamativa pero que no me sorprende. Estoy seguro que día a día aumentan las personas en Chile que están a favor de que Bolivia tenga una salida soberana al mar, pero sobre todo, cada día hay más gente convencida de la necesidad de avanzar decididamente en la integración de los países latinoamericanos, superando los efectos de antiquísimas guerras y divisiones en el continente.
Cuando se fundó el Partido Humanista en 1984, se incluyó en la Plataforma Humanista (el documento programático del PH en esos años) la entrega de una salida soberana al mar para Bolivia. La reacción de la prensa y la clase política dictatorial y de oposición fue de una burla cerrada. Nadie dio crédito a lo que planteaba el PH y se pronosticó un abrupto y rápido fin del partido y un rechazo absoluto a la idea. Incluso se encargó una encuesta que afirmó que apenas el 0,6% de la población apoyaba la entrega de territorio a nuestro país vecino. El año 2005 el PH seguía vivo, tenía un candidato presidencial muy destacado en la figura de Tomás Hirsch, y mantenía todas las propuestas planteadas en 1984, incluyendo el de mar para Bolivia. Una nueva encuesta de ese año determinó que el 26% de la población apoyaba la medida humanista, en pleno contexto de un silenciamiento profundo al PH y a sus ideas durante todos los años noventa. Han pasado siete años desde esa fecha, no se ha hecho ninguna encuesta al respecto entre tanto, pero el movido clima político y social del país hace pensar que aquella cifra de apoyo sigue creciendo y consolidándose.
Y aquello es de lo más natural si vamos viendo que poco a poco, pero vigorosamente, va instalándose la conciencia colectiva de que el conflicto entre Chile y Bolivia es la herencia de una guerra promovida por capitales extranjeros y potencias imperialistas del siglo XIX que buscaban sacar rédito a los recursos naturales de la zona que actualmente es el norte de Chile. Seamos claros: el nombre de Guerra del Pacífico no es más que un eufemismo para una confrontación que debe llamarse con propiedad Guerra del Salitre, pues ese recurso era el que estaba en juego y la razón por la cual Chile desplegó sus tropas en territorio boliviano… para que el gran ganador de todo fuera el magnate inglés John Thomas North.
Vale la pena entonces preguntarse ¿Por qué dos pueblos hermanos, que comparten mucho y pueden desenvolverse en el futuro con grandes posibilidades si trabajan juntos, siguen divididos por una guerra del siglo antepasado que fue movida por intereses extranjeros? Claramente la respuesta a esa pregunta será que aún se mantienen muchos de esos intereses y que se han creado otros nuevos a los cuales les beneficia la situación actual. Por eso, urge que los pueblos de ambos países y de toda Latinoamérica se empoderen, asuman decididamente el desafío de superar las divisiones del pasado y trabajen por la integración. Porque está claro que la clase política, al menos la chilena, no tiene ningún interés en que la situación cambie y mejoren las cosas para nuestro continente. Sólo los pueblos, en cooperación y sintonía son los que pueden permitirnos avanzar



1 comentarios:

Conejo1993

america unida mar para BOLIVIA ellos lo merecen como todos AMERICA SIN FRONTERAS

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